El domingo 28 de junio de 2020 la Asociación Peruana de Artes Expresivas: Terapia, Consultoría y Educación (APDARE), realizó su primer webinar vía Facebook Live con una amplia concurrencia. El tema fue “El rol de las artes expresivas en la salud emocional en tiempos de Covid 19”, desarrollándose un valioso diálogo. Tuvimos tres invitados que nos enriquecieron con sus experiencias en un encuentro cálido y profundo.

Leopoldo Caravedo, psicoterapeuta y psicoanalista, experto en salud mental, Ximena Maurial psicoterapeuta y terapeuta de Artes Expresivas, socia fundadora y docente de TAE Perú, y Carmen Aldana, psicóloga clínica, máster en terapias de Artes Expresivas. Nuestra moderadora fue Giselle Silva Panez, vicepresidenta de APDARE, psicoterapeuta y terapeuta de Artes Expresivas, quien con mucha sensibilidad y experiencia llevó el conversatorio, integrando y articulando los conceptos, reflexiones e ideas  que los invitados compartieron en torno a nuestro tema.

Ximena Maurial inició su participación reflexionando sobre los momentos de vida o circunstancias en los que nos sorprendió la pandemia. Señaló cómo las Artes Expresivas han ayudado a muchas personas en el tiempo de confinamiento a transitar por la incertidumbre y cómo nos pueden ayudar a continuar sosteniendo lo que ha surgido a consecuencia de ello, invitándonos a reflexionar sobre el autocuidado. El tiempo de transición en el que estamos actualmente es aquel donde la cotidianidad se ha visto afectada y detenida.Entre las diversas experiencias, la del caos e incertidumbre hace surgir la necesidad de brindar espacios donde poder imaginar y simbolizar. Ximena también nos señaló la importancia de los espacios donde las personas puedan conectar con sus sentidos. Las artes expresivas permiten crear imágenes como un refugio donde sostenerse y procesar las propias experiencias. Las imágenes sonoras, poéticas y plásticas, las pequeñas pinceladas, trazos y sonidos ayudan a simbolizar aquello que no puede ser descrito, por el impacto y la fuerza que tiene.

Carmen Aldana inició compartiendo un fragmento del poema de Blanca Varela “A lo mejor eres tú mismo”

Pega el oído a la tierra que insiste en levantarse y respirar

Acaríciala como si fuera carne, piel humana capaz de conmoverte, capaz de rechazarte.  

Acepta la espera que no siempre hay lugar en el caos

Acepta la puerta cerrada, el muro cada vez más alto

El saltito, la imagen que saca la lengua

Carmen resaltó la importancia de las imágenes y como en el caso de este poema, éstas nos brindan alivio. Una imagen muy poderosa, la del muro, la puerta cerrada. En el arte hay algo que va calando en uno y queda como una huella, nos señaló. Carmen compartió su experiencia en los encuentros que viene realizando APDARE semana a semana para sus asociados, en los que ha podido participar, desde que comenzó la cuarentena:

“Ha sido un espacio de acompañamiento personal y profesional. Ha sido un espacio de salud emocional para el grupo. He visto unas semillas de futuro, a partir de hacer arte en colectivo. Un terapeuta de arte se encargaba de hacer una sesión para el conjunto, ya implicaba una relación de reciprocidad, eso que Stephen Levine nos plantea en las presentaciones artísticas, como un intercambio de dones. El poder dar, recibirlo y eso motiva a seguir dando. Manera bonita de poder ir estableciendo y generando una institución viva, a partir de los miembros de la institución, teniendo un eje de compartir las artes expresivas. Los encuentros nos han ayudado a construir un sentimiento de comunidad e institución. Las artes expresivas ayudan a generar un sentimiento de pertenencia”.

Carmen menciona a Paolo Knill, uno de los fundadores de la Terapia de Artes Expresivas, señalando en relación al hacer arte colectivamente, que es una especie de homeostasis que genera bienestar entre creación y conflicto, y cómo el arte facilita la convivencia con los conflictos. Nos resalta el potencial que tienen las artes expresivas que nos permite contar con recursos metodológicos creativos, que desde estas experiencias de hacer arte grupalmente hemos ido compartiendo a través de la virtualidad, señalando que con esta metodología podemos trabajar grupalmente e institucionalmente. Carmen nos plantea diferentes ámbitos en los que las artes expresivas pueden tener un rol fundamental: “Podemos contribuir, en el cuidado a los que cuidan”, subrayando el énfasis del cuidado del cuidador, invitándonos a pensar en las instituciones que protegen a otros, a quienes se podría apoyar desde las artes expresivas; “podríamos generar grupos de soporte creativo, podría ser con los centros de salud mental comunitario, la línea 100.” El alcance de las Artes Expresivas es amplio, aborda y se aplica en diferentes campos como la prevención y terapia, el campo de consultoría y el campo educativo en sus diferentes ámbitos.

Leopoldo Caravedo señaló:

 «No hay posibilidad de cultura, civilización, ni humanidad sin arte. Y la resiliencia que estimula el trabajo con las artes y la imaginación, que hacen soportable y pensable la vida; en un espacio solidario que a la vez desarrolla solidaridad y da sentido; porque el arte colectivo no sólo será bueno sino necesario”.

Leopoldo nos habló de la memoria traumática, como aquella que no puede ser procesada, que se atasca. Cuando se logra procesar, la memoria puede ser creativa, transformada, ser dinámica. Hay un papel revitalizador de las artes. En situaciones traumáticas se interrumpe la posibilidad de simbolizar, así como la de describir las emociones que a uno le puedan embargar. A veces el lenguaje hablado no es suficiente, y es allí donde se hace vital expresar lo que uno siente desde distintos lenguajes. El arte brinda la posibilidad de que se abra esa puerta para comenzar a nombrar aquello que resulta innombrable, aquello que no encuentra el camino para ser visto y expresado.

Algunas preguntas que planteó Giselle Silva ayudaron a ir viabilizando las ideas en torno al tema. Estas fueron respondidas a lo largo del conversatorio fueron:

¿Y entonces cómo hacer arte en comunidad?

El proceso de ayudarnos a nosotros mismos, al ayudar a otros (lo que recibimos al dar)

Lo que reverbera del trabajo con el otro, dándonos el espacio de elaborar a través del arte.

Las huellas que quedaron de acompañar a otros

La posibilidad de crear nuevas memorias a través del arte.

Volver a lo esencial, como la respiración. Conectar con la naturaleza y con nuestra naturaleza humana, explorar mitos de origen, conocer el arte de las comunidades para no imponer criterios estéticos. Ir más al encuentro. Si no hay vida social, no hay vida. Necesitamos conexiones. Faltan espacios para conectar la pluriculturalidad del Perú. Crear esas instancias. Y además el reto de recomponer esa relación entre todos nosotros y hacer una transformación más vivible, más solidaria.

¿Cómo establecer los puentes entre las instituciones para este proceso de reconstrucción?

Ximena nos invitó a ir de a poquitos, puntada tras puntada, una construcción delicada que implica mucha escucha y encuentro entre todos. Como los puentes de ichu. Nos sugirió a crear alianzas con artistas, señalando que serían espacios maravillosos de encuentro. Dar espacio a los expertos para que surja su verdad a través de sus creaciones.  Dentro del lenguaje de la teoría de las Artes Expresivas, el término “expertos” se refiere a los pacientes, ya que son ellos mismos los que saben mejor que nadie sobre su dificultad o problema.

Leopoldo señaló la importancia de crear espacios de conexión donde poder acoger el dolor que normalmente no encuentra lugar, para poder ser transformado. Abrir el diálogo, como estos encuentros, muchas conversaciones, nos menciona Leopoldo, el arte en sí mismo puede ser un puente. “Para efectos de cómo crear puentes, sirve la imagen de lo que ocurre en psicodrama: No buscar performances espectaculares. Sino que haya performances. Luego que sean comprensibles, luego articulables.”

Se puede planificar la esperanza.

Artículo desarrollado por e comité de encuentros, el comité de generación de conocimiento y el comité de comunicaciones de APDARE